Monumentos
MONUMENTO AL MAESTRO TURRILLAS
El 15 de noviembre de 1998, festividad de la Virgen de Egipto, se inauguró el monumento que el pueblo de Barasoain le dedicó a su Hijo Predilecto Manuel Turrillas, el Maestro Turrillas.
Se trata de una escultura que representa a una figura humana tocando el clarinete. Está esculpida en bronce con una altura de 1,40 m., colocada sobre un pedestal de hormigón y ubicada en la Plaza que lleva su nombre.
Su autora, la escultora holandesa Henriette Boutens, quiso representar al músico a través de un juego de volúmenes con una gran visualidad desde todos los ángulos.
MONUMENTO AL DOCTOR NAVARRO
Delante del Palacio se instaló, en 1992, quinto centenario del nacimiento del Doctor Navarro, un monumento en su memoria.
La obra del artista Juan Manuel Campos Mani consta de dos elementos.
El primero, en piedra, representa el busto de Martín de Azpilcueta. Con él se quiere plasmar la perennidad de su figura con una sucesión de cinco manos una por cada siglo de supervivencia de su obra hasta nosotros.
El otro elemento es una pluma de hormigón que se eleva al cielo hasta la eternidad y como motivo de enlace con la modernidad, como lo fue la obra del Doctor Navarro en su tiempo.
Piedra y hormigón, tradición y modernidad que se funden al recordar la figura de nuestro paisano más ilustre: Martín de Azpilcueta, el Doctor Navarro.
MONUMENTO A LA PAZ
Una espiral multicolor de metacrilato, obra del artista Mikel Okiñena, es el centro de la Plaza de la
Paz, espacio creado junto al Centro de Salud y que quiere recoger el sentir y el deseo de los
habitantes de lograr una paz sólida y justa, basada en el respeto con las diferencias y la solidaridad entre todas las personas.
MONUMENTO A LOS DONANTES
Como reconocimiento a todas las personas que, de manera anónima, aportan su sangre, sus órganos… En definitiva, donan vida.
Ese es el sentido y el significado del monumento que se instaló en la zona más nueva de la localidad, cerca del colegio y junto al parque infantil, siempre rebosante de vida y alegría por la continuada presencia de chicos y chicas en sus alrededores.