Manuel Turrillas

Conocido popularmente como el «Maestro Turrillas», nació en Barasoain el 1 de enero de 1905 y falleció en Pamplona el 20 de octubre de 1997.

Desde pequeño la música fue su vocación. A los 7 años aprendió a solfear con el organista de la iglesia y pronto entró a formar parte de la banda municipal.

A los 20 años se trasladó a vivir a Pamplona y de inmediato ingresó en la banda «La Pamplonesa», permaneciendo en ella durante 50 años.

Pero su faceta más importante fue la de compositor.

Podríamos decir que compuso la «banda sonora» de los Sanfermines, ya que es autor de la mayoría de los himnos de las Peñas: Aldapa, Anaitasuna, La Jarana, Muthiko, Oberena… y también canciones tan populares como: «El primer cohete», «Clarín de fiestas», «Alegría sanferminera»…

No sólo compuso melodías sanfermineras, sino que su labor se extendió a todo el folklore navarro, siendo autor, asimismo, del himno de Osasuna y de un gran número de jotas, zortzikos y pasacalles, como «Pamplona, perla del norte». En 1962 ganó con la composición «Pamplona feria del toro» el concurso estatal de pasodobles convocado por la Casa de Misericordia de Pamplona. Así podríamos enumerar hasta más de 200 piezas que tiene registradas en la Sociedad General de Autores de España (SGAE).

Esta intensa labor musical fue reconocida en multitud de ocasiones. Entre todas ellas destacaremos las siguientes: Barasoain, su pueblo, le nombró Hijo Predilecto en 1983. La Agrupación Musical -AMB- Barasoain, creada en 1994 le nombró Socio de Honor en agosto de 1995 y en las Fiestas Patronales de ese mismo año les compuso su himno y tocó el clarinete con ellos en la procesión del patrono San Bartolomé, el 24 de agosto, dándose la doble circunstancia de que, por un lado, fue su última actuación en público como músico y, por otra, que fue su última composición musical. Posteriormente, en 1998, en la plaza que lleva su nombre, se erigió un monumento en su memoria. Como no podía ser de otra manera, también Pamplona reconoció su tarea musical y le impuso el pañuelo de honor de los Sanfermines en 1967. La Pamplonesa le nombró Socio de Honor en 1994 y, poco antes de su muerte, el Ayuntamiento le concedió la Medalla de Oro de la ciudad y, con posterioridad, le dedicó una Plaza en el barrio de Azpilagaña.